En 1945 Ramón Castilla
llegó a la presidencia inaugurando el primer momento de estabilidad política y
administrativa que gozó el Perú en su vida republicana. Gobernó por dos
períodos, de 1845 a 1851 y de 1855 a 1862; el paréntesis de 1851 a 1854
corresponde al general José Rufino Echenique, puesto por el propio Castilla en
el gobierno. Castilla era un militar mestizo y más cercano al pueblo que la
elite tradicional. Estaba muy por encima de los debates ideológicos. Era un
político hábil con una concepción pragmática de las necesidades del país.
Asimismo, puso en práctica un régimen autoritario y defensor del orden, aunque
también dispuesto a permitir elecciones y cierta fiscalización del Congreso.
Pero sus gobiernos no fueron netamente
represivos. Estimularon el primer programa de obras públicas que gozó el Perú e
incluso se invirtió en educación. Esto se debió a que desde 1845 el país
comenzó a experimentar el auge del guano. El clima templado y la ausencia de
lluvias en el litoral hicieron posible que el excremento depositado durante
siglos por las aves marinas quedara acumulado en los diversos islotes de la
costa, especialmente en las islas de Chincha. Los europeos conocieron sus
virtudes como fertilizante de la tierra y el guano se convirtió en la base de nuestra
economía hasta 1879.
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Ramón Castilla |
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